La Escritora y el Pintor

original¿Pero por qué no ama su obra?…

¡No quiero! —Responde señalando adelante, ahí estaba una fría composición, la pintura de un hombre sin cara. —¿Dime, has renegado de tus novelas o cuentos?… ¿Tu, escritora, has querido abandonar tu lápiz alguna vez?. Pregunta él.

La mujer ve el sombrío cuadro.

Si tu arte muere, tu alma lo hace contigo… Lamenta el pintor, ella suspira.

Cuando algo no sale en mis párrafos, siempre me doy tiempo a reflexionar… mis novelas son parte de mí. Suelta ella.

El cuadro era el retrato de un hombre calvo y su piel manchada de muchos colores cálidos, una expresión indefinida que no daba el aliciente de contemplarla.

No encuentro el rostro perfecto… He mezclado tantos colores y dibujado mil formas, más al final, el rostro no me convence. Resume el de cansadas ojeras. —Ya nadie valora mi arte… soy de hecho ese hombre sin rostro.

La escritora toma su cuaderno y escribe lo que el hombre decía, todo lo que le impregnaba la pintura. Poco a poco, ella se empieza a enajenar.

Quizás tenga razón… ya la gente no nos valora. Determina ella.

¿Dejarás de hacer tus novelas?. Indagó mientras veía sus pinceles en el piso.

No sé, pero veo tu pintura y me veo a mí misma… pensar que entre las noches taciturnas, me cobijo del frío que provocan mis miedos, a veces no comprendo… un día las letras están a favor, otro día, se alargan varios juicios en contra de mi… felicidad, llantos, dichas y perdidas, eso es mi arte… La escritora entrecierra sus ojos.

Suena a la vida misma… ella es hermosa, tierna conmigo porque me permite pintarle en su desnudez, en toda su inocencia… Susurra el Pintor.

Un silencio se marcó en la estela de estos dos.

Quizás, en las buenas y malas… lo único que nos queda es nuestro arte. Habla ella.

En nuestra vida hay etapas y estados, son así como los fríos o terracotas, algunos no son vistosos, más igual son colores y gracias a ellos, se compone un cuadro… se compone la vida. El pintor, más animado, recoge su pincel.

Ambos muestran una cándida sonrisa.

¿Ya no necesita cambios el hombre sin rostro?.

Diré que veo mi obra y entiendo… ¡es mi obra maestra!… es el hombre que no tiene rostro pero que en su camino a hallarlo, aprende el misterio de las matices y los tonos. Confiesa dando su despedida. Así, la escritora se retira.

Habría mucho que escribir. —Lindo diálogo…¡Ah! debí preguntar su nombre… Se dice a sí misma, todo al rato de girar hacia el pintor, este que ya había desaparecido, dejando frente a ella, la imagen viva de un nuevo cuadro —el hombre sin cara—ahora poseía hermosos ojos de colores.

A veces un Pintor necesita de los párrafos dulces de una escritora y ella… a veces necesita de la diversa gama colorida del pintor. El arte es la misma vida, bien vivida. Leyó la chica, esto que decía al final de la pintura.

Desatinado Amor

amor-no-correspondido-1Se siente tan igual amar o  dejar de amar a alguien a quién no se lo pudiste demostrar… Es así, porque no lo sabrá, porque sus sentidos no captaron el sonido de las pulsaciones de tu corazón…

¡Es tan desastrosa la ilusión como la decepción!.

Porque la ilusión nos llega como un trago dulce al paladar… El mismo que después nos embriaga y nos hace devolver a un triste desencanto… De la ilusión, no hay nada seguro que no sea fascinación… La fascinación es fugaz, es volátil y nos duerme despiertos…haciéndonos creer que es ese “Amar”

Exigiendo afecto a gritos hacia alguien que no nos lo puede dar…  Más si, de alguna manera llegó al sentido del tan querido amante nuestra declaración, porque en el pecho ya no alcanzó tanto sentimiento y lo confesamos sin más… —Entonces, esperamos una respuesta de consuelo o de permanente rechazo, sí es que se sinceran sus labios…

Triste es la emoción que mueve inconscientemente  al corazón… La emoción lo distrae y lo confunde, olvidando su  facultad de infalible elección en el destino…  La emoción, no mide sentimientos propios ni ajenos… Se estrella entre suspiros que nunca llegan más allá de sus oídos…

Es lindo tener quién nos motive en la vida con una amplia sonrisa y un gesto de cortesía… Más, es amargo  que nos conformemos con falsos instintos, las olas del mar golpean en las rocas incesantemente…

¡Es una necedad! No caigamos en la equivocación por desatinada contemplación, a la cual, sin más… decidimos por nosotros mismos llamarle “Amor”.

Pensamientos: Come tu Fruta

En cierta ocasión se quejaba un discípulo a su Maestro: «Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos revelas su significado» El Maestro le replicó: «¿Te gustaría que alguien te ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?».  Nadie puede descubrir tu propio significado en tu lugar. Ni si quiera el Maestro. 

Cuento: El tazón de madera.

1215019257427_fUn viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Al pobre viejo, de ya avanza edad, las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.
Así, un día, la familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo  y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
-Tenemos que hacer algo con el abuelo, dijo el hijo. -Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo.Entonces, así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años observaba todo en silencio.Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: -¿Qué estás haciendo?
Con la misma dulzura el niño le contestó: -Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos. Sonrió y siguió con su tarea.Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde, el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos instructores sabios y modelos a seguir.

Cuento: Algo muy grave va a suceder en este pueblo

intuicion_29bImagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno con una expresión de preocupación en su rostro. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: -“No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo”.

El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: -“Te apuesto un peso a que no la haces”
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Y él contesta: -“Es cierto, pero me he quedado preocupado por algo que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a sucederle a este pueblo”.

Todos se ríen de él, y él que se ganó su peso regresa a casa, donde está con su mamá. Así, feliz con su dinero dice: – “Le gané este peso a Dámaso de la forma más sencilla porque es un tonto”
– “¿Por qué es un tonto?”. Pregunta la madre.
– “Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, estaba preocupado porque su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.”
Su madre le dice: -«No te burles de los presentimientos de los mayores, porque a veces se hacen realidad… »
Una pariente oye esto y va a comprar carne. Le pide al carnicero: – “Deme un kilo de carne”, y en el momento que la está cortando, le dice “mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado”.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar le dice: – “Mejor lleve dos kilos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas”.

Entonces la señora responde: -“Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos…”
Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega un momento en que toda la gente en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde alguien dice:
– «¿Se han dado cuenta del calor que está haciendo?»
– «¡Pero si en este pueblo siempre hizo calor! Tanto calor que los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.»
– «Sin embargo» -dice uno-, «a esta hora nunca hizo tanto calor.»
– «Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.» Respondió otro.
– «Sí, pero no tanto calor como ahora». Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: – “Hay un pajarito en la plaza”. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.

– «Pero señores, siempre hay pajaritos que bajan.»
– «Sí, pero nunca a esta hora».

Es tal la tensión de los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
– “Yo que soy muy macho” – grita uno – “Me voy”.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que los demás dicen: – “Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos”. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: -“Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa”, y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra; en medio de ellos va la señora que tuvo el presentimiento y le dice a su hijo :

– “¿Viste mi hijo que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?”.


 

Gabriel García Marquez

Cuentos: Despertar

tumblr_mklnl3YV3e1s1kdroo1_500Gracias a Dios me desperté y seguías ahí, a mi lado, en la cama. Me levanté, te miré tan hermoso dormido, me inspiraste una tranquilidad, a pesar de saber que no te iba a ver más, sino hasta la noche… pero ese día fue tan distinto a los otros que estoy empezando a aprender a vivir, porque cuando fui a buscar mi desayuno ya estabas sentado a la mesa, con una taza de café, no sé porque no me extrañé al verte tomar café si sé que no te agrada, aún así desayunamos, pero no hablamos, sólo nos mirábamos, con ver tus ojos me bastaba para saber cuán grande es tu amor, me despedí de ti sin dejar de ver tus ojos, entré a la ducha y por alguna razón te bañaste conmigo, deseaba abrazarte, besarte, pero algo me lo impedía, solamente te encontrabas en el mismo lugar que yo, nos deseábamos uno al otro, me excitaba tu mirada… entre nosotros nada pasaba, pero estaba feliz, te sentía cerca, tan cerca como hace tanto no lo estamos.

Mi madre avisó que el almuerzo estaba listo, en la mesa nos encontrábamos todos, tú estabas de pie, no comías, yo te decía con mis ojos que te sentaras a mi lado, pero tu mirada no respondía, mientras almorzábamos parecía que no notaban tu presencia, ni siquiera encontré una mala cara de mi padre que advirtiera que no quería que estuvieras ahí, me sentía triste a pesar de que te sentía a la par mía, era como si no estuvieras ahí.

Luego empecé a leer tus cartas, mientras lo hacía entraste, no te había percibido en la habitación, sino hasta que te sentaste al lado de mi cama, sonreíste y vi cuánto deseabas tocarme, sin embargo te abstuviste… lloré con cada palabra que leí, tú sólo me veías y tus ojos al contemplarme se inundaban de lágrimas, deseabas secar cada lágrima de mi rostro, sentí como tu mano se acercaba a mí, pero la evite, no entendía lo que me sucedía… cada carta la puse en su sitio y fui a ver TV, las veces que hemos estado frente a este aparato no nos importa que película ver, hasta el partido de fútbol ignoras por mí, sólo que esta vez fue tan distinto… elegí mi novela favorita, tú nada dijiste, creo que nada más contemplabas mi cara, me sentía un poco incómoda, recordaba las veces que me habías dicho que mi rostro, mis facciones te excitaban, me dio un poco de risa, al ver los pensamientos que inundaban mi mente tras ese recuerdo, seguí viendo la novela, cuántos besos, caricias, desprecio y dolor en la vida de cada uno de aquellos personajes, tú no quitabas la vista de mí, así transcurrieron dos largas horas de mi vida, con tus recuerdos, con tu mirada.

El día pasaba y tú siempre a mi lado, me deleitaba con tu mirada, anhelaba caminar contigo tomados de la mano. Luego, llegó la hora de dormir, el momento perfecto para estar solos en la intimidad de mi cuarto, de nuestro cuarto… El momento perfecto para dejar de soñar despierta.

Extraído de: http://www.losmejorescuentos.com/cuentos/romanticos1762.php

Cuentos: El Corazón más hermoso.

corazon_y_manosUn día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en el ni máculas ni rasguños.

Sí, coincidieron todos, sobre que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.
De pronto un anciano se acercó y dijo: – «¿Por qué dices eso, si tu corazón no es ni tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, sí bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió .

– «¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?»—Pensaron…
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.
– «Debes estar bromeando,» -Dijo.- «Compara tu corazón con el mío… El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.»

– «Es cierto»-Dijo el anciano- «Tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo… Mira, cada cicatriz representa una persona a la cuál entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto.
Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. ….Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos, dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día -tal vez- regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón.»

– «¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?» Dijo el viejo.

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

Fin. 😉

Extraído de: http://cuentosqueyocuento.blogspot.com/2007/06/el-corazn-ms-hermoso.html